DIÁLOGOS: LA ACTITUD DEL EREMITA

Julián Valle centra su interés en el paisaje histórico de los santuarios y eremitorios rupestres altomedievales, espacios religiosos con los que el artista se siente conectado espiritualmente y con los que establece un vínculo íntimo. Su actitud transforma ese territorio cultural en un paisaje vital y lo convierte en expresión de la simbiosis entre autor y naturaleza. A través del recurso a elementos simbólicos barrocos como las calaveras, los recipientes o las grutas, ahonda en el sentimiento de comunión que caracteriza un modo de percibir, de formar parte del mundo, y parece dar réplica, en clave contemporánea y lectura humanista, a algunas obras de este museo, en este caso protagonizadas por anacoretas, ermitaños y ascetas, con las que comparte espacio.